Ousmane Dembélé vive ahora mismo entre la espada y la pared con su situación en Barcelona. Fue hipotéticamente declarado intransferible por la directiva culé e inconcebible en la “operación Neymar”, pero su continuidad vuelve a generar dudas.

La noche del viernes en San Mamés volvió a dar su peor versión, después de haber firmado una notable pretemporada que no preveía esta “recaída”. Vimos al Dembélé más impreciso y desconectado, incapaz de adaptarse al juego de sus compañeros o de mejorar la jugada con sus pases, que volvieron a ser catastróficos. Y es que el francés es un chico especial, de aquellos que deben ser mirados con lupa y cuidados al detalle.

A sus 22 años de edad, ha demostrado tener cualidades más que suficientes para convertirse en uno de los mejores delanteros del mundo, pero simplemente no le sale. Te puede hacer una jugada “maradoniana” y finalizarla con un tiro directo a las nubes, como te puede hacer una serie de pases espantosos impropios de un jugador de su nivel, pero arreglarlo todo con una carrera vertiginosa y un disparo directo a la escuadra. Es simplemente impredecible, tanto para bien como para mal, y eso al aficionado culé le inquieta. El culé ve en Dembélé un talento que es casi imposible de encontrar en el mercado actual, pero también ve a aquel chico inmaduro que llegó tarde en dos ocasiones a entrenar y que deja serias dudas en la directiva y en la grada cada vez que firma un partido malo.

Es por eso que su situación en Can Barça es insegura, porque por una parte, genera ilusión, pero a su vez, desconfianza. Y la incierta llegada de Neymar pone en duda su continuidad. Y más después de la marcha de Coutinho al Bayern de Múnich, ya que este era el jugador que entraba en la “operación Neymar” en las primeras negociaciones Barça-PSG.

Lo cierto es que el brasileño ha demostrado mucho más que el francés por el momento en el Camp Nou, pero ya conocemos los motivos de parte de la directiva y del aficionado, para negar la vuelta de Neymar. Ambos han tenido problemas extradeportivos, sean de menor o mayor gravedad, y ambos han demostrado su talento dentro del campo con altos y bajos. Son jugadores diferentes, pero parecidos en ciertos aspectos, y todo este barullo genera división entre los aficionados.

Es una pena que un jugador tan talentoso como Dembélé no haya encontrado todavía su sitio en el Barça, porque oportunidades no le han faltado. El caso de Coutinho es un caso aparte, porque la brillantez e ilusión que en ocasiones ha mostrado el francés, no debe compararse con la inexpresión e impasibilidad del brasileño en su mayoría de oportunidades en el campo.

¿Dembélé se queda o se marcha?. Lo cierto es que es el comodín más atractivo de la plantilla culé para ser ofrecido al PSG para traer a Neymar, y eso la directiva lo sabe de sobras, y el jugador también. Sus malas actuaciones generan mucha incertidumbre, pero es una realidad que no ha rendido todavía a su máximo nivel, y esa realidad asusta.

Es indudable que la vuelta de Neymar al Camp Nou pasa por Dembélé, así que es poco probable que acaben compartiendo vestuario esta temporada.

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